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— ¡¡Llego tarde, llego tarde!! —

Eran las primeras palabras que apenas podían entenderse de la boca que estaba llena por una tostada, siendo el único desayuno que Leilani había tomado antes de partir corriendo hacia la enorme academia donde le esperaba su futuro para convertirse en médico según había acordado. Le daba ilusión poder salvar las vidas que en aquel entonces no sabía cómo.

Sus pisadas eran cada vez más rápida y por nada se detenía, saber que se le hacía tarde para ser el primer día le ponía muy preocupada, sin embargo algo la detuvo de imprevisto cuando al elevar su rostro al cielo vio, era la figura de un ave cuyo brillo era sin duda majestuoso. Ella sin duda no podía creer que lo que veía aunque no sabía tampoco de qué o quién se trataba pero no podía quitarle la vista de encima, era como... Si aquel futuro que le esperaba traía algo más.

Claro que todo esto no era más que un sueño, la realidad era que Leilani seguía roncando mientras en sus sueños se imaginaba que en verdad había iniciado su viaje. No fue después de un rato que luego de despertar y gritar por darse cuenta de lo que tarde que era, por fin había partido y esta vez en verdad de su casa para así ponerse en marcha. Había tenido suerte de que el barco no la había dejado atrás por haberse quedado dormida. El aroma marino le hacía añorar su hogar del cual se despedía con cierta tristeza, pero no podía evitar mantener una sonrisa, empezaba a creer que aquel sueño era una especie de señal, aquello le hacía mantener su vista en el cielo aunque no volviese a ver un Pokémon de la misma silueta, la felicidad todavía la llevaba consigo.

Realmente amo a Leilani...

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— ¡¡Llego tarde, llego tarde!! —

Eran las primeras palabras que apenas podían entenderse de la boca que estaba llena por una tostada, siendo el único desayuno que Leilani había tomado antes de partir corriendo hacia la enorme academia donde le esperaba su futuro para convertirse en médico según había acordado. Le daba ilusión poder salvar las vidas que en aquel entonces no sabía cómo.

Sus pisadas eran cada vez más rápida y por nada se detenía, saber que se le hacía tarde para ser el primer día le ponía muy preocupada, sin embargo algo la detuvo de imprevisto cuando al elevar su rostro al cielo vio, era la figura de un ave cuyo brillo era sin duda majestuoso. Ella sin duda no podía creer que lo que veía aunque no sabía tampoco de qué o quién se trataba pero no podía quitarle la vista de encima, era como... Si aquel futuro que le esperaba traía algo más.

Claro que todo esto no era más que un sueño, la realidad era que Leilani seguía roncando mientras en sus sueños se imaginaba que en verdad había iniciado su viaje. No fue después de un rato que luego de despertar y gritar por darse cuenta de lo que tarde que era, por fin había partido y esta vez en verdad de su casa para así ponerse en marcha. Había tenido suerte de que el barco no la había dejado atrás por haberse quedado dormida. El aroma marino le hacía añorar su hogar del cual se despedía con cierta tristeza, pero no podía evitar mantener una sonrisa, empezaba a creer que aquel sueño era una especie de señal, aquello le hacía mantener su vista en el cielo aunque no volviese a ver un Pokémon de la misma silueta, la felicidad todavía la llevaba consigo.

Realmente amo a Leilani...